Una casa, una mesa de comedor, cuatro sillas, una cena y dos personas cenando, la interacción es poca, pero cuando conversan lo hacen de forma agradable, aunque pausada…
El: Que tal tu día amor?
Ella: Bien, mucho trabajo cielo!.. Por cierto está rica la cena, gracias!
Él: (risas) gracias, pero no la hice yo, se la compré a la vecina que anda vendiendo comida… Está muy rica!
Ella: la vecina? (Risa)
Él: (risas) tonta, la comida está muy rica y además es económica.
Ella: si! Aunque le falta un poco de gustó!
Él: hace rato dijiste que estaba muy rica.
Ella: sólo rica! Pero, ahora que sé que no lo hiciste tú, puedo decir la verdad (risas)
Él: ah ok!
Pasan varios minutos, cada quien ve su celular, se muestran imágenes graciosas y siguen comiendo sin decir nada!
El silencio se hace tan profundo entre ellos, que sólo se escuchan los cubiertos al chocar con el plato, y el sonido al masticar los alimentos. Luego de varios minutos, retoman la conversación
Ella: y tú día qué tal estuvo? Entretenido?
Él: Normal, lo mismo de siempre…
Ella: hoy llegaste más temprano de lo usual!
Él: si!
Ella: Bueno al menos te dió tiempo para pedirle cena a la vecina.
Él: no empieces, por favor!
Ella: Que cosa? Es la verdad… No lo digo por mal, tranquilo
Él: está bien.
Las conversaciones siempre se hacen con pausas extensas, el problema aquí es que hay tanto que quieren decirse, pero nunca encuentran las palabras o el momento, y cuando lo encuentran, no hablan directamente.
Ella: Tenemos algún problema que quieras resolver?
Él: ah? Creo que no?
Ella: dudas!.. Estás bien? Estamos bien?
Él: si! y tú?
Ella: si, claro!.. Lavare los platos, anda a descansar
Él: Gracias mi amor, si ando exhausto.
Y aquí, es que cuando se rompe de una vez por todas, la comunicación… Sólo palabras en el viento que vienen y van, sin un sentido tan profundo, para no caer en las discusiones, disculpas, celos, y vacíos del día a día… Sin saber que ambos se necesitan sin decirlo.
Al día siguiente, en el trabajo.
Ella: Susana, te puedo contar algo
Susana: si dime!
Ella: Disculpa que te interrumpa por esto, pero necesito hablar con alguien.
Susana: tranquila, dime
Ella: Es que… Creo que estoy perdiendo a mi novio.
Susana: por qué lo dices?
Ella: siento que ya no es el mismo… Y hasta ve a otras mujeres.
Susana: en serio?
Ella: Bueno, fue ayer, que la vecina está vendiendo comida, y le compro, sin decirme… No sé! Es extraño, no me gustó.
Susana: ah! No son «mujeres» pero qué pena oír eso, no le dijiste nada?… Debes ver lo mejor para ti.
Ella: No para qué? No quiero discutir, o que crea que no puede hacer nada!
Mientras tanto él en el trabajo.
Joaquín: Hey! Te estoy hablando, estás distraído!
Él: ah! Lo siento, si es que ando con un asunto.
Joaquín: Ah! Ok! Necesitas plata?
Él: No! Hermano, estoy bien (risas)
Joaquín: bueno, porque no tengo para prestarte (risas)
Él: Lo que pasa, es que siento que estoy perdiendo a mi novia.
Joaquín: Y eso?
Él: Siento que ya no es la misma… Hasta le dió igual que fuera a casa de la vecina.
Joaquín: Pues mejor no!, así te cuelas donde la vecina, cómo es? Está buena?
Él: Que es! No hermano, nada que ver… Sólo fui a comprarle comida y darle una sorpresa a mi novia con algo diferente!
Joaquín: hasta comida hace! Bueno, me la presentas a mi.
Él: Si eres tarado, olvídalo!
Joaquín: (risas) ya en serio, por qué no hablas con ella?
Él: No!.. Para qué? No quiero discutir, o que crea que quiero hacer lo que quiera sin decirle.
Ya de noche, están los dos cenando nuevamente sin contarse nada más allá de lo que siempre viven en el día! Y repitiendo casi las mismas acciones.
Unos meses después, deciden separarse, porque cada uno pensó que perdía al otro, y era mejor ya dejar las cosas así.
En el trabajo:
Susana: cómo te sientes?
Ella: Mal aún, pero ahí vamos… Creo que fue lo mejor… Aún no lo sé!
Susana: Pero aún lo extrañas?
Ella: Cómo no tienes idea.
Susana: y lo amas?
Ella: Exageradamente y para siempre.
Susana: y por qué no lo buscas?
Ella: Porque sé que lo perdí.
Susana: Si él te ama, irá por ti.
En el bar:
Joaquín: Cómo lo estás llevando?
Él: Mal hermano, no dejo de pensar en ella… Aunque creo que fue lo mejor… Aún no lo sé!
Joaquín: Ya pasará! Tranquilo
Él: Será muy difícil
Joaquín: Por qué? aún la amas?
Él: Exageradamente y para siempre.
Joaquín: y por qué no la buscas?
Él: Porque sé que la perdí.
Joaquín: Si ella te ama, irá por ti.
Y así pasaron los meses, y nunca más se buscaron… Cada quién continuó con sus vidas.
Al año, en un bar,
Él: Hola!
Ella: Hola!
Fin!